Presentado como el plan B del UAE, Adam Yates se impuso a su hermano gemelo y al resto del pelotón, este sábado en Bilbao, para enfundarse el primer maillot amarillo del Tour de Francia.
La edición 2023 empezó en medio del fervor del público vasco, con la rara estampa de dos hermanos gemelos corriendo para distintos equipos rodando rueda con rueda hacia la victoria.
“Nos vimos esta mañana antes de la etapa, me preguntó lo que íbamos a hacer, pero no podía decírselo”, comentó el británico, de 30 años, muy emocionado.
“Es muy especial poder compartir esto con él”, añadió el vencedor del día, que llegó con cuatro segundos de ventaja sobre Simon, su hermano mayor por unos minutos y que corre para el Jayco-AlUla.
Hay que remontarse a 2011 y la victoria de Andy Schleck por delante de Frank para ver a dos hermanos terminar en los dos primeros lugares de una etapa del Tour.
Esta primera victoria en la Grande Boucle permite a Adam Yates afianzar su posición de colíder del UAE junto al esloveno Tadej Pogacar, tercero, que superó el esprint a un pequeño grupo de favoritos llegados doce segundos más tarde.
El británico, que ya había llevado el maillot amarillo del Tour durante cuatro días en 2020, logró ese estatus por su excelente inicio de temporada – victoria en el Tour de Romandía, segundo en el Dauphiné. Pero también por la incertidumbre en torno a la forma de Pogacar que casi no ha corrido desde su fractura de muñeca el 23 de abril.
– “Estamos aquí para Tadej” –
Lanzado en la bajada hacia la capital vizcaína, Yates confirmó que puede ser ese lugarteniente que tanto le faltó a Pogacar el pasado año cuando perdió su corona en favor de Jonas Vingegaard.
“Estamos aquí para Tadej, es el mejor del mundo en los últimos años, en la montaña, al esprint, en todos los sitios. Pero puedo tener un papel en la clasificación general y en las etapas”, subrayó.
Ni pensar en emanciparse de la tutela de Pogacar al que, además, pidió permiso para escaparse en la bajada: “Tadej me dijo de tirar, me lancé y tuve premio”.
Al cruzar la meta, Pogacar levantó los brazos como si hubiera ganado, feliz por su compañero. Esta tercera posición dio al esloveno cuatro segundos de bonificación en la general que siempre pueden venir bien.
El duelo con Vingegaard tendrá que esperar. Los dos principales favoritos cruzaron en cabeza el temible alto de Pike (2 km al 10%), pero sin llegar a atacarse realmente.
– Carapaz y Mas abandonan –
Llegaron a la meta en el seno de un pequeño paquete en el que estaban los franceses David Gaudu y Thibaut Pinot, así como el belga Wout Van Aert, cuyo rival Mathieu van der Poel y Julian Alaphilippe llegaron en un segundo grupo.
Como se preveía, esta etapa marcada por cinco ascensiones ya ha causado estragos entre los aspirantes al podio, hasta el punto que la carrera ha tenido un abrupto final para el campeón olímpico ecuatoriano Richard Carapaz y para el español Enric Mas, líder del Movistar, que tuvieron que abandonar tras una caída en la bajada de alto de Vivero.
Carapaz (30 años), con sangre en la rodilla, pudo levantarse entre gestos de dolor y subirse a la bicicleta para recorrer los últimos kilómetros, pero en la etapa apenas pudo ser 153º, entrando a 15 minutos y 24 segundos del ganador del día.
Después de la etapa se sometió a pruebas médicas que revelaron “una pequeña fractura en la rótula izquierda”. Se le sometió a tres puntos de sutura para cerrar el corte y no tomará la salida el domingo, informó su equipo EF Pro Cycling.
En el caso de Enric Mas (28 años), el diagnóstico fue de “fractura de la escápula derecha sin desplazamiento” y “abrasiones superficiales en brazos y piernas”. Tras la caída, el corredor balear no continuó y no terminó la etapa.
Por su parte, Egan Bernal y Romain Bardet ya tiene también 43 segundos de retraso respecto a Adam Yates en la general.
El martes tendrá lugar la segunda etapa del Tour todavía en tierras del País Vasco español, donde los ciclistas partirán de Vitoria para recorrer 208,9 km hasta San Sebastián con cinco altos.
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