Novak Djokovic, seis veces campeón de Wimbledon y defensor del título, se metió el viernes en su octava final del gran torneo sobre hierba, donde le espera el controvertido australiano Nick Kyrgios tras beneficiarse del abandono por lesión de Rafa Nadal.
Djokovic comenzó sin embargo el partido aparentemente desconcentrado, cometiendo inusuales errores contra el número uno británico, 12º tenista del mundo, de 26 años.
El serbio sufrió tres roturas de servicio en la primera manga antes de tomar el control del encuentro.
Norrie «jugó mejor en el primer set», admitió después, reconociendo que en unas semifinales «hay siempre presión, de ti mismo y del exterior». Y considerando la ventaja del británico con «nada que perder» y «jugando en casa». (Cymbalta)
Djokovic perdió rápidamente el primer set y le costó encontrar soluciones contra el juego del británico hasta el octavo juego del segundo set, cuando logró quebrarle el servicio.
Norrie iba encaminado a recuperar rapidamente el terreno perdido, pero dudó por un momento e inmediatamente el número 3 del mundo aprovechó para llevarse la segunda manga.
A partir del tercer set, Djokovic volvió a ser él mismo, convirtiendo sus defensas en ataques y tomando las riendas frente al británico que, pese a su gran resto no logró recuperarse, multiplicando los errores no forzados llevado por la precipitación.
– Kyrgios, gran juego y muchas tretas –
Djokovic tiene un impresionante balance en finales de Wimbledon, donde solo ha perdido una, en 2013, de las siete que ha disputado.
Busca ahora su cuarto título consecutivo en el Grand Slam sobre hierba -el torneo se canceló en 2020 debido a la pandemia- para sumarse al exclusivo club formado por Bjorn Borg, Pete Sampras y Roger Federer.
Pero para ello tendrá que superar el peligroso juego y las habituales tretas de Kyrgios, clasificado automáticamente el jueves cuando Nadal anunció que no podía continuar debido a una lesión en la zona abdominal.
«Esperemos que la experiencia juegue a mi favor», afirmó Djokovic, que a sus 35 años buscará su 21ª victoria en un Grand Slam frente al 40º tenista del mundo, quien no ha disputado nunca una final de estos grandes torneos.
El australiano, de 27 años, está abonado a las polémicas.
Además de rechazar tener un entrenador y no participar en muchos de los torneos del año, ha dado mucho que hablar por su comportamiento en las pistas.
En la tercera ronda de Wimbledon protagonizó un muy tenso partido contra el griego Stefanos Tsitsipas, que perdió los nervios por el «circo» de comentarios y quejas de Kyrgios y acabó lanzando una bola en dirección del público y otra de la pared.
Ambos jugadores fueron amonestados y multados por su comportamiento.
Tsitsipas lo tildó de «abusón» con «un lado diabólico», pero desde entonces el australiano ha mostrado una actitud más comedida.
«Espero que tu recuperación vaya bien y todos esperamos verte en buena salud pronto», le deseó a Nadal en un mensaje de Instagram.
«Obviamente nunca quieres ver a alguien así, tan importante para el deporte, caer con una lesión como esa», dijo el viernes en rueda de prensa.
«Estoy seguro de que volveré a jugar con él en un gran escenario», agregó, asegurando que «todo el mundo quería vernos ir a la guerra» sobre la hierba de Wimbledon.
Esa batalla la tendrá que disputar ahora el australiano contra uno de los tenistas que más ha ganado en el All England Club y que busca su 21º título de Grand Slam para ponerse a solo uno de Nadal.
El serbio tiene además la motivación de que este será probablemente su último torneo de Grand Slam del año, ya que sin vacunarse contra el covid-19 no podrá viajar a Estados Unidos para disputar el US Open.
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