El Liverpool, haciendo valer su impresionante primera mitad de partido, resistió la reacción del Manchester City y terminó imponiéndose 3-2 este sábado en su semifinal de la Copa de Inglaterra, con lo que se clasificó a la final.
Un tanto de Ibrahima Konaté de cabeza (minuto 9) y un doblete de Sadio Mané (17 y 45) plasmaron en el marcador el dominio apabullante del Liverpool en la primera parte en Wembley.
En la segunda, el City mejoró y acortó por medio de Jack Grealish (47) y de Bernardo Silva (90+1), pero sin poder evitar la clasificación del Liverpool para la final del 14 de mayo.
“¡Qué partido! Terminar con 3-1 hubiera sido raro contra el City, pero un 3-2 es un resultado justo y es suficiente para pasar a la final”, celebró el técnico alemán del Liverpool, Jürgen Klopp.
El otro finalista se conocerá el domingo y saldrá de la semifinal que disputarán Chelsea y Crystal Palace.
El duelo entre Liverpool y Manchester City llegó apenas seis días después de que ambos equipos se vieran las caras en un partido de la Premier League en el Etihad Stadium, entonces con empate 2-2.
En la Premier League, el City es líder con un punto de ventaja sobre el Liverpool, pero en la FA Cup fueron los ‘Reds’ los que se llevaron el pulso.
Gracias a esta victoria, el Liverpool sigue adelante en todos los frentes.
Tras ganar la Copa de la Liga a finales de febrero, el equipo de Jürgen Klopp aspira a un ‘triplete’ de títulos en el final de temporada: en la Premier League está en plena pelea por el título, en la Copa de Inglaterra ya está en la final y en la Liga de Campeones consiguió el miércoles su billete a semifinales, eliminando en cuartos al Benfica.
“Esto es especial. Es una gran victoria, en una semifinal, y estoy feliz por pasar a la final”, comentó Mané a BBC Sport.
“Cada jugador del Liverpool ha disfrutado en este partido porque hicimos lo que había que hacer en los momentos en los que había que hacerlo”, subrayó.
– Dos partes muy diferentes –
El Liverpool empezó a avanzar por el camino hacia la final cuando en el minuto 9 el francés Ibrahima Konaté, que ya abrió el marcador esta semana ante el Benfica, marcó de cabeza en un saque de esquina.
El arquero estadounidense Zack Steffen, una apuesta de Josep Guardiola para este partido en lugar del brasileño Ederson, tuvo una gran responsabilidad en el segundo gol.
Con el sol cegándole, pareció no ver bien a qué velocidad llegaba Sadio Mané y el senegalés terminó firmando el segundo de su equipo.
El propio Mané amplió la cuenta en la conclusión de una acción colectiva magnífica, con una volea que sorprendió a Steffen, cuya situación bajo los palos era además discutible.
Tras esa primera parte catastrófica para el City, Guardiola no cambió nada en el descanso y sus jugadores reaccionaron.
Jack Grealish redujo la desventaja tras un buen servicio del brasileño Gabriel Jesus, en el 47.
La segunda parte fue más equilibrada que la primera.
La entrada del argelino Riyad Mahrez a siete minutos del final del tiempo reglamentos dio un nuevo impulso al juego ofensivo del City, aunque de manera algo tardía.
En una de las infiltraciones de Mahrez, un disparo suyo con poco ángulo fue repelido por el arquero brasileño Alisson, pero el portugués Bernardo Silva llegó al rechazo y puso el 3 a 2.
Alisson evitó luego la igualada del City ante un disparo de Raheem Sterling en el 90+3 y el Liverpool volverá a jugar en Wembley a mediados de mayo, para tratar de levantar la antigua y prestigiosa FA Cup.
Guardiola tendrá que centrarse ahora en buscar los títulos en la Premier League y en la Champions League, donde también está clasificado para semifinales.
“Tengo confianza total en mis jugadores y cuando les pongo de titulares es porque creo en ellos. Tenemos un calendario horrible en términos de partidos, de viajes y con muchos partidos importantes por jugar, por eso necesitamos frescura”, explicó el técnico catalán sobre las rotaciones que hizo pese a la dureza del encuentro de este sábado.
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