La renuncia de Horacio Elizondo como presidente de la Comisión Arbitraje causó toda una serie de posiciones al respecto.
Tras solo cinco meses con mucha expectativa que se quedó en ilusión, el argentino dejó su puesto y deja el ambiente del arbitraje nacional en una crisis profunda.
El analista arbitral de Hoy en el Deporte, Greivin Porras, quien posee una amplia trayectoria y conocimiento en el tema analizó la decisión, la cual era una que esperaba y aseguró que no dejó nada para el arbitraje nacional.
“Horacio Elizondo llegó a hacerse cargo del arbitraje nacional con una gran expectativa, principalmente por su curriculum en el arbitraje dirigiendo no solo la inauguración de una Copa del Mundo, sino que una gran final, pero bueno esa expectativa se fue diluyendo poco a poco, en la esperanza que apostaron nuestros dirigentes y conforme transcurrió el tiempo se desvaneció todo. La razón principal es porque el resultado de los árbitros en el terreno de juego no fue el esperado, con grandes falencias en situaciones elementales, el ABC del arbitraje seguía fallando y la credibilidad del mismo se vio socavada. Hay que sumar a esto que un buen árbitro no significa que sea un buen dirigente y quedó demostrado que con el transcurrir del tiempo el arbitraje siguió con dificultades”
“En las últimas semanas se dieron errores muy grandes de fondo de árbitros que influyen directamente en el resultado, pero al margen de los errores de los árbitros que siempre se va dar, no se veía la mano de Horacio Elizondo en el manejo de juego, posiblemente trabajó mucho, pero no se puede dirigir con deseo y voluntad a dos patronos a la vez (Bolivia y Costa Rica) y se plasmaba que los árbitros no manejaban bien los partidos y eso provocó que Horacio Elizondo no tuviera frutos positivos”
“La renuncia no creí que fuera tan rápido, pero cuando viene alguien de afuera se van y no dejan absolutamente nada, nada dejó y lamentablemente nuestros dirigentes siguen dando palos de ciego, donde no solo es quitar esa braza de encima de alguien dirija a los árbitros, sino también de que hay que fiscalizar que lo que se haga esté correcto. La renuncia es una llamada de atención para los federativos de que a quien se nombre no hay que darle luz verde y desligarse, sino fiscalizar que la labor esté correcta, esperamos tiempos positivos si a los árbitros se les examina”
Ahora, queda a la espera que decisión se toma a lo interno de la Federación Costarricense de Fútbol para buscar mejorar y evolucionar el arbitraje.
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