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José Pablo Gil, el apasionado del tenis al que la vida le regaló una segunda oportunidad

El nombre de José Pablo Gil es sinónimo de lucha, perseverancia y esfuerzo siendo el vivo ejemplo de que la vida en muchas ocasiones regala segundas oportunidades.

Un 21 de agosto del año 2016 la vida de Gil cambio radicalmente al sufrir un grave accidente de tránsito que lo dejo en silla de ruedas a raíz de las lesiones provocadas en la colisión.

Si bien el golpe del accidente fue más que fuerte, Gil vio en el deporte la oportunidad ideal para comenzar de nuevo siendo el paratenis el deporte en el que encontró su gran pasión.

El oriundo de San Joaquín de Flores en la provincia de Heredia se sentó a conversar con Hoy En El Deporte para repasar distintos capítulos tanto de su vida personal como profesional.

Gil detalló que el comienzo del 2023 no ha sido el que esperaba, sin embargo, se siente satisfecho con su desempeño al llegar a instancias finales en los torneos en los que ha tenido actividad.

“Ha sido un año complicado, pero a la vez muy movido y muy bueno. En el mes de febrero tuve dos competencias en Puebla, México. El primer torneo fue la calificación para el Mundial, era por equipos y países, fui con dos compañeros más, llegamos a la final, fue increíble el tener la segunda final consecutiva para clasificar al Mundial, lastimosamente solo un país califica. Seguido de ese torneo, del Premundial se jugó un torneo profesional que es parte del tour profesional de Tenis en silla de ruedas donde también llegué a la final, esta vez no se me dio, pero la verdad que tuve partidos importantes”, expresó.

Durante los últimos meses el nacional ha venido arrastrando una lesión en su muñeca que le ha cortado cierto ritmo de competencia, por lo que el haber podido llegar a finales por tierras mexicanas es algo que Gil valora en su totalidad.

“Todo ha sido positivo, vengo saliendo de una lesión, no tenía mucho ritmo de competencia. Los resultados fueron muy buenos, volver a las canchas y no sentir ninguna molestia en la muñeca creo que fue de los puntos a rescatar. De nuevo los resultados se dieron, el nivel del tenis está ahí, sí que va a ser un año muy importante para mí. Estoy contento”, apuntó.

Enfrentarse a los mejores del mundo desde el punto de vista de Gil le permite medir realmente cuál es su nivel actual de cara a las competencias venideras del presente año.

“Para mí siempre es importante estar compitiendo con los mejores del mundo, ahí es donde tengo la oportunidad de ver que tanto he mejorado, que tanto tengo que trabajar para seguir haciendo las cosas mejor. Saber que tengo la oportunidad de jugar con ellos, de competir, medirme contra los mejores del mundo es lo más importante para mí. Ahí es donde puedo seguir creciendo y donde sé las metas que puedo tener para este año y los siguientes”, comentó.

Ver las cosas de forma diferente es a lo que Gil le da más valor tras sufrir el accidente de tránsito que por poco le cuesta la vida el 21 de agosto del año 2016.

“En este momento me saca una sonrisa (la fecha del accidente) por todo lo importante que he podido hacer, por todos esos cambios buenos en mi vida que he podido hacer. Es una fecha en la que me cambió la vida, me cambió la forma de ver y llevar la vida, quedé en una silla de ruedas. En ese momento no sabía para donde iba mi vida, estuve dos semanas en coma, fui paso a paso tratando de salir de ese momento tan amargo para mí, mi familia y todos los que estaban ahí conmigo. En este momento estoy muy agradecido por las cosas que me ha puesto la vida, por la forma en la que las he podido llevar, la gente que he tenido alrededor me ha ayudado muchísimo a llevarlo, a seguir con sueños, metas y objetivos”, enfatizó.

El poder seguir practicando el deporte que tanto le apasiona es desde el punto de vista del herediano una segunda oportunidad que la vida le ha regalado.

“Lo veo como un regalo de la vida el poder seguir haciendo el deporte que tanto amo, que me ha dado tantas oportunidades en mi vida. Es un regalo estar vivo, empezando por ahí, después volver a las canchas y vivir un proceso olímpico entero cumpliendo mis sueños de ir a los Juegos Olímpicos que fueron en Tokio en el 2020. Estar de nuevo acá con los mejores del mundo, compitiendo, entrenando todo lo que da mi cuerpo es una sensación muy linda de poder hacerlo. Otra cosa importante que cambió mi vida y que gracias al tenis pude hacer fue empezar con el proyecto de tenis sobre ruedas”, detalló.

Si bien reconoce que el practicar tenis es su gran pasión su proyecto de tenis sobre ruedas le ha despertado la ilusión por formar a los futuros representantes del “deporte blanco” en Costa Rica para seguir los pasos del vecino de San Joaquín de Flores en Heredia que se convirtió cinco años después de un fatídico accidente de tránsito en el primer y hasta el momento único paraatleta costarricense en participar en la disciplina de paratenis en unos Juegos Paralímpicos (Tokio 2020).

 

 

 

 

 

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